
Salvemos un poco las distancias, pero no sería extraño encontrar una noticia parecida a ésta – más o menos, que me he pasado un poquito – en algunos de los medios de comunicación que estamos acostumbrados a ver, escuchar o leer cada día. La noticia en sí es cierta, es decir: Obama ha matado a una mosca durante la grabación de una entrevista en la Casa Blanca. Lo que me he tomado la libertad de interpretar con más o menos acierto es el estilo amarillo, demagógico y facilón que estamos empezando a acostumbrarnos a ver en los medios. Empieza a dar igual qué es lo que ha pasado; lo que importa realmente es cómo lo contamos para que lo que ha pasado sirva a los intereses de lo que representamos, ya sea un grupo de presión, un partido político o las asociaciones de vecinos de Los Bermejales. O, al menos, para que el estimado espectador no apriete el dichoso botón para cambiar de canal.
Barack Obama ha matado a una mosca. Sí. Y lo ha hecho en el mismo momento en el que su nombre suena para liderar una de esas numerosas listas al hombre más elegante del mundo. Y el mismo día en el que ha presentado un plan de supervisión financiera que pretende dotar al gobierno norteamericano de un mayor poder para controlar los mercados. Y lo ha hecho poco después de pronunciar un esperanzador discurso en busca de la pacificación de Oriente Próximo y el acercamiento de Occidente con el mundo musulmán. Todo esto sin perder la sonrisa, sin perder ese aura de estrella de Hollywood que nadie tuvo desde JFK y que a mí me fascina.
He de reconocer que más allá de lo que represente ideológicamente, Obama me parece un personaje con un talento comunicativo sin precedentes. He visto la escena del asesinato de la mosca con la boca abierta en una enorme sonrisa y con los ojos clavados en señal de admiración por la capacidad del presidente de desenvolverse ante las cámaras con una simpatía y una naturalidad arrolladoras. Es lo que echo de menos en el resto de los responsables políticos: esa habilidad para aparentar que sus movimientos no están milimétricamente planeados. Obama ha matado a la mosca como la hubiera matado yo, como si en vez de interrumpir la entrevista hubiera interrumpido la charla de mi amigo Ale sobre el último capítulo de 'Física o Química' mientras tomábamos el sol en la piscina. Y así conversa con los medios, con los líderes mundiales o con esa niña a la que firmó la autorización para faltar a clase.
Y luego, tras el cadáver del insecto, han puesto una noticia sobre el Parlamento español. Sobre cosas serias, con políticos en serio y sin una triste mosca que matar en ninguno de sus escaños... Y qué lástima de poca naturalidad.
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ResponderEliminarYo creo que los medios de comunicación tienen muchas cuentas que rendir en el tratamiento de la información política. Hay un ejemplo muy claro y cercano: la campaña electoral de los comicios europeos. A mí me parece vergonzoso que El Mundo titule a cinco columnas el bajísimo nivel de la campaña cuando han sido ellos mismo y el diario ABC los que se han dedicado a meter en campaña asuntos que beneficiaban al PP (MATSA los primeros y el avioncito de los cojones los segundos). Ha habido políticos que sí han hablado de Europa, desde IU y desde algunos flancos importantes del PSOE, pero a los medios de la derecha sólo les interesan aquellos asuntos que echan mierda encima del presidente Zapatero. En cambio, acaban generalizando y diciendo que todos los políticos, en su conjunto, han protagonizado la peor campaña electoral de la historia. Discrepo radicalmente: han sido los medios, en primera instancia, los que no han estado a la altura del debate que merecía el Parlamento de Strasbourg.
ResponderEliminarjejej como se nota que eres peridista mi tito dra jejej que bien contadoooo que bien narrado y que bien to jijiij
ResponderEliminarpues si, la naturalidad en la política española es cero, tu lo sabes bien que te ha tocado seguir a más de un político verdad?
En otros lares pero con el mismo cariño, aquí tienes al fanfan del tio dra.
besos y mas besos
Oscar el fan :)