viernes, 10 de julio de 2009

Sangre pixelada

Al despertar esta mañana he leído en el periódico que un toro ha matado a uno de los corredores en el cuarto encierro de Sanfermines. En portada, la cara y el cuello ensangrentado del fallecido, que murió poco después de ser operado. Pincho en la noticia, y visualizo el video completo del encierro, que viene a durar casi cinco minutos. Entre las carreras, los atropellos y algunos sustos más divertidos que impactantes, no logro encontrar el momento de la mortal cornada. Leo un poco más la noticia, y descubro que el fatal momento se produjo al comienzo de la carrera. Vuelvo a visualizar el video. Nada. Encuentro uno de los encontronazos entre un toro y varios mozos, y sospecho que en ese momento debió tener lugar el dramático suceso. Pero ni una imagen nítida de lo sucedido.

Un par de horas más tardes, algún videoaficionado ha prestado su grabación de la mañana al mismo periódico para que todos podamos disfrutar del preciso instante en el que el toro impacta contra el cuello del joven. Efectivamente, tenía razón, se trataba de ese encontronazo del que yo hablaba. El periódico nos repite un par de veces y a cámara lenta el impacto, que queda convenientemente elsalzado con los gritos de los allí presentes. Eso sí, pixela el rostro del fallecido. Y gracias. Tenía 27 años. Igual que yo.

Creo que tengo un criterio profesional considerable, y unos valores éticos bastante consistentes que, además, trato de implementar en una profesión – la periodística – necesitada de un profundo debate interno profesional e ideológico. Con ello, trato de ser también un espectador responsable ante una oferta mediática facilona, agresora y dificilmente asimilable. Pero hoy no critico al medio que expone la carne sangrienta y pixelada. No critico al aficionado veloz por colocarse la medalla de un falaz minuto de gloria. Hoy me descubro escupiendo mis decencias, dejándome llevar por la morbosa inercia de unos ojos y unas tripas acostumbradas, y tiemblo. Tiemblo por imaginar en qué nos estamos convirtiendo.

Os dejo la fotografía que, con total seguridad y por desgracia, más ojos querrán observar (porque no existe, aún, la del impacto del toro. Claro).
[FUENTE: ELPAIS.COM]

3 comentarios:

  1. Todos acabamos pinchando en la foto más sangrienta, y el el fantasma del final del pasillo, en los cascos del edificio derribado...

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  2. vivimos en una sociedad donde hay que apartar a la gente cuando hay un accidente, una pelea, sangre o algo más tirados por el suelo. Una sociedad que vive y supervive del dinero, dinero que aporta la venta de periódicos y la audiencia en televisión. Y aunque, casi todos al ver la imagen de Daniel agonizante pensamos en su penar y en el de su familia; seguimos buscando la imagen y nos quejamos de que la cornada no se vea desde el otro ángulo.
    - Sabes, sabeis ( algunos ) que uno aprendió mucho un jueves de hace varios marzos. Aprendí que la gente puede ser morbosa, pero también, en el momento preciso, cercana, amable, dispuesta a todo por el desconocido. Me quedo con esa lección.
    Me la enseñó Madrid.

    Besos y mas besos

    Oscar el fan :)

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