martes, 8 de febrero de 2011

No es Astronomía.


Podría ser sólo Astronomía. El paso de un año podría implicar, básicamente, lo que sea que implique ese ciclo reiterativo y constante que lleva a la Tierra a dar una vuelta alrededor del Sol. Sin más. Pero no, en este caso esto del año no trata de eso de la Astronomía.
Es el peso de una madrugada que nunca pude terminar. Que nunca terminó. Es el peso de la ausencia y del silencio, de la espera[nza] y la impaciencia, de la decepción y el agradecimiento, de siete nombres que ya no volvieron a ser contestados, que martillean la memoria de quienes nunca decidimos ni quisimos dejar de pronunciarlos. Siete nombres. Y el tuyo, tita, entre ellos. Tu nombre, en el que tantas veces pensé cuando sólo era un niño y tú eras uno de los motivos por los que ser feliz. Y en el que tanto sigo pensando. Tu nombre...
Un instante para callar sus risas, sus protestas o sus silencios. Y un año para recordarlos. Cada día. Todos los días. Y ahora sólo nos queda pensar en llenar esas paredes, en abrir esas puertas, en borrar de pisarlo el suelo de unos pasillos que esperan, y esperan, y esperan...
Sea por ellos. Por nosotros. Sea, sobre todo, por ella, que no es más que mi madre, y se lo merece todo...

3 comentarios:

  1. TODO... se lo merece todo...

    (arcadio)

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  2. Por ella que tiene to la fuerza del mundoooooo Adelanteeee , toca seguir nadandoooo Abrazos

    ogkitar : ) fanfan

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